miércoles, 20 de abril de 2011

Carta a Miguel Ángel,

¡Qué asco, de repente, lo que uno siente! Se da cuenta de que fue, un poco ganzo, y las cosas se le revuelven en el estomago. Esas veces, intentando hacerme el filósofo, el poeta o vaya a saber uno qué estúpida cuestión. ¡Bueno, hagamos ahora de cuenta, que soy de ésos idiotas que le importan qué demonios va a pasar! Si, hagamosnos el profundo. Palabras divertidas, difíciles: ¡el literato! Me da vergüenza a veces, ser yo! Pero, es que el mundo está tan idiota que uno a veces, también lo es. ¡Por supuesto que no es justificación, Miguel Ángel. Claro que no.

Me das asco, me das bronca. ¡A veces, pienso que sos peor que lo que imagino que sos! ¡Sos un simulador! Sos un ultraje a la confianza Divina. Sos una escoria más. ¡Y pensar que creías que etabas convirtiéndote en misógino. ¡Me das asco, en serio!

La vida, las vueltas; no tenés la menor idea de nada de éso. ¡Filosfía de la vida te crees que haces! Sos uno más de los, y quizás podemos decirlo en otro idioma, gilipollas de todos los que andan suelto. Incluso más, ahora que usas camisa.

Creo que esa es la razón por la que siempre me escribí... o te escribí. ¡Así podés detectar cuándo fuiste un idiota! ¡Vos Miguel Ángel, fuiste uno muy grande y no me agrada eso! ¿Hablando de madurar, hijos y otras "pelotudeces"? Me da bronca hacer de enojado, pero sabé que lo estoy.

Sos el actor de las causas perdidas. Sos el dedo flojo de la triste realidad. Te falta originalidad, te falta sinceridad. Sos demasiado ficticio para ser alguien de verdad. Deberías de empezar con algunas de tus amuléticas dietas: ¿quizás más té inglés y menos criollitos? ¿No?

Sos un perejil. El tango no se siente con ketchup y mates porteños en las sierras de la región de cuyo. ¡La duda Fausteana, nunca va azotarte a vos, porque lejos estás de ser el sabio que pregonas, o incluso más vergonzoso aún, intentas ser! Te la tirás de buen actor, ¡sos un pelotudo! ¡Sos un gilún! No es que tenga intenciones de serte un mofete, pero sos un simple peón que sirve de ejemplo de todo lo que no es divertido ni práctica.

Por suerte tenés un fracaso más, ¡quién te dice el más importante de todos! ¡La música! Oh, pensar que se te veía tan contento. ¡Cantando, poniendo cara de Bono de U2! ¡Sos de la generación del 80' y usas sombrero cual si fueras del 20'! La edad media murio hace medio más que tu medio cerebro.

El tango no es un tatuaje, y la vida no es una carga que a vos te toque en suerte administrar. ¡A duras penas te sabés peinar infeliz y todavía prentendes pensar! Vergüenza a los seres mediocres como vos! Ojalá ardas en el foso que mereces, infeliz! ¡Y cuando digo ojalá lo digo de puro corazón!

¿Acaso, osado, creías que podías ser algo más de lo que ya sos? Y más con esa actitud tan nefasta y melopatética tuya. Deberías de ver algún psicólogo, o alguien especializado en analizar pelotudos. ¡Porque hoy sos el más grande de todos!

No es que descuente virtudes, es que sumas en desperfectos: infeliz.

Que alguna luz, si es que mereces semejante trato, te ilumine, y por favor: ¡deja de ser tan idiota!

Don buena fortuna,

jueves, 24 de marzo de 2011

Don buena fortuna busca nueva residencia:

Don Buena Fortuna,

Oigo que desde el cielo, las luces suenan a caramelos. Tin, tin, tan, tan. La música se eleva y todo parece dejar de importar. Los días, las horas, los ruidos. Todo es más lindo cuando se acompaña el sentimiento con algo de música, ¿no lo cree así, don?

¡Tengo entendido que ahora quiere volver a mudarse! Usted no acerta nunca, siempre le faltan "cinco pa' el peso" como diría una abuela mía, que por cierto, era la que me hacía los desayunos más ricos del mundo. ¡Esas cosas de los abuelos! ¡Siempre uno quiere a sus abuelos, lo que no quiere, son los viejos ajenos! (Nota mental: no deje suelto a un abuelo, puede ser perjudicial para la salud del otro).

Y bueno Don, ¿Qué quiere que le diga? Estas cosas pasan. A veces uno acierta, a veces no. ¡Recuerde también que usted es muy impulsivo! ¡Siempre trata de sacar provecho de la intuición. A veces, uno tiene que aprender a manejarla. Pero no lo veo mal. ¡Recuerdo que usted camina con los ojos bien abiertos y que, siemper que puede, mira un poquito al cielo para ver de qué color está!

El cielo y sus múltiples formas de decir: "te quiero". ¡Cada día es un regalo que al Astro Sol te regala! dice Larralde. A veces, la ciudad se llena de luces y por gracia Divina, logras dormir más de lo que te dejan los jubilados. De repente, el olor a sucio no es tan molesto y lo cambias con una sonrisa y una cara afeitada. ¡A veces, te descargas mejor escribiendo desde tu ventana que, por cierto está rota, mirando sólo el poquitito de luz que entra desde la mañana!

¿Y por qué quejarse? A veces uno sólo necesita alguien que te diga qué hacer... A veces, otros necesitan alguien que se ría a la par mientras comen chocolate. A veces, uno necesita estar tranquilo con su conciencia para ser feliz.

Aproveche que es joven aún, viva. ¡Sea feliz! ¡Regale sonrisas! ¡Ríase a la par del que se ríe! ¡Camine cuanto pueda caminar! ¡Y disfrute el otoño! LA ESTACIÓN MÁS LINDA DEL AÑO. Es donde todo se hace rojo, naranja y después marrón claro. Dicen que la naturaleza está siempre en FA. El fa concuerda con el marrón. El LA con el azul y el sol con el rojo para después pasar al verde ¡y ahí ya es primavera!

Respire hondo. Sea conciente de todo lo que le rodea: ¡es vida! Sea conciente de que su familia lo tiene muy presente y estudie todo cuanto pueda estudiar. Lea todo cuanto pueda leer. Aprenda de todos cuanto puedan enseñarle. ¡Hoy es el día en donde uno salta por la ventana y ya no hay más preocupaciones!

La Gloria Divina siempre tiene su forma particular de manifestarse: ¡Abrace la Bienaventuranza del Unigénito que se manifiesta en su forma de Puro Amor y sea con Él una sola esencia.

Saludos Don Buena Fortuna, ¡hasta la próxima víspera!

sábado, 26 de febrero de 2011

Consideraciones sobre el Perdón.

Don Buena Fortuna, 

¿Qué tal su semana? ¿Qué me cuenta? ¿Muchos cambios? ¡Escuché cosas de panzas y abrazos! ¿No se me estará hablandando, verdad? Que no me entere que anda con esas cosas. 

Le cuento que hoy pasé una muy buena mañana. Si, es cierto que dormí poco. Esos condenados Jubilados que no me dejan dormir. Hacen que todo parezca menos simple, pero al menos me dio la oportunidad de pasar una linda mañana. Junto con un buen mate, de ésos que tomamos nosotros, y libros. ¡Hacía tiempo que no leía cosas tan lindas! ¡Tan buenas! ¡Tan divertidas, si se quiere! 

La suerte de querer viajar, a veces queda en un segundo plano, cuando uno extraña o aprende a sentirse como en casa. ¡Cosa que no creí que le pasara a usted y menos tan rápido! Un día, leí un libro de un autor llamado LeShan, que decía que, lo más lindo sobre la meditación es que hace que uno se sienta como en casa. ¡Y un poco de éso, le cuento que hay! La verdad que uno se siente un poco enredado cuando se le da por ponerse a pensar en cómo llegar a fin de mes o cuando el BEAP BEAP BEAP BEAP, de las puertas lo distraen a uno. Pero en realidad, citando a un poeta urbano que me ufano de haberlo citado varias veces en la vida cotidiana: " Es sólo una cuestión de actitud". ¿Y por qué no habría de ser así?

Don Buena Fortuna, a veces, los mates tienen otras yerbas y los discos se escuchan de atras para adelante. ¿Qué tal le suena ese Violoncello tocado por Yo-Yo-MA? A veces, hasta lo más inconexo tiene relación en los lenguajes universales. Eso, entiendo, dice el Yoga. Palabra que, entre muchas de sus acepciones, se incluye la de UNIR. ¿Qué interesante, no? 

A veces de eso se trata todo. De unir. Dejar un lado nuestras diferencias. Aprender a querer por lo que somos, no por lo que intentamos ser. Perdonar. ¡Siempre perdonar! Así como Dios nos perdona todas nuestras miserias, nosotros tenemos que tener el poder de perdonar y,  más importante, de perdonarnos. ¡Porque somos nosotros nuestros peores jueces, Don!

¡Perdonese! Digase: ¡Basta Buena Fortuna! ¡Hagamos las paces! Seamos el vínculo de lo desvinculado. ¡Al fin y al cabo, todos salimos de alguna de las Cuatro Estirpes! Y no sólo lo dicen los Druídas. Tengo entendido, por libros de Arjuna, que también los hindúes creen en lo mismo. Y, me atrevo a decir que, Platón cuando cuenta el mito de Atlántida, también lo dice. 

Arjuna. 

¡Don Buena Fortuna! Del polvo venimos y al polvo vamos. Que la compasión sea el motor desinteresado que mueve todas sus actitudes. Las buenas y las malas. Que pa' juzgar ya existen jueces. ¡Dar, es dar! Dice el mismo poeta urbano. 

A veces, hasta los más diferentes, se pueden entender. ¡Sino, véame a mí! ¡Qué distinto se ve todo desde esta latitud!

¡Lo veo próximamente, Don! Manténgame al tanto de las novedades. 

domingo, 20 de febrero de 2011

¿Se acuerdan del otro día?

Don Buena Fortuna, 

¡Muy buenas noches! Un placer volver a leerte, tan altivo y arrogante como antaño. ¡Don Buena Fortuna, sabrá usted entenderme hoy! Los altibajos de las lluvias que lo agarran a uno, medio desprolijo, claro.  Y uno que antes leía a Piglia y se admiraba porque creía entender que el mundo era algo más complejo que la mecánica cuántica para después caer en la cuenta que no es mucho más compleja que una rueda para corran los ratones. La vida es correr en un punto fijo. Esa fue la clave que no descubrió Arquímedes. Debería de haberse ajustado los pantalones y sentarse a reflexionar. Hubiese encontrado la fijes de la vida. Si se me permite la expresión, Don. 

Don Buena Fortuna, créame usted que hoy volvía caminando. Los zapatos hacían un ruido tremendo, y con el clap clap del agua que saltaba de los costados del refugio de cuero, las ideas se me iban aclarando. De repente, ¡Zas!, sentí el tango. Me vino cual epifanía. Si, si, lo sé Don, sé que a usted esas cosas no le caen muy bien. Después de todo, ¿qué viene a ser esa cosa, no? ¿El tango? ¡Ah! ¡No me diga que no extraña Buenos Aires! Yo sé que sí. ¿Todavía escucha usted a Piazzolla? ¡Tremendos disco, no me diga que no!

Si, Don, como le decía: ¡Hoy entendí el Tango! El peso cayó todo una, fue como si se me hubiese venido una pared encima, ¿Me explico? Los cuentos de Cortázar, algo del ridículo. Pero nosotros tenemos que tener desenlaces ridículos. Sino, dicen los que saben, no habría Literatura. 

¡Qué ridículo no! Digo, plantear el fin de la Literatura. Pero allá ellos. ¿Se acuerda de las viejas palabras? Yo recuerdo que usted usaba muchas, no me malinterprete, sé que es joven... Pero oiga, que parecían sacadas de un costurero de abuela. 

Don Buena Fortuna, siempre discutiendo sobre la familia. ¡Dígame si hoy no estuvo lindo hablar con sus padres, escuchar a su hermano! ¿O me va a decir que no se me alegró cuando los escucho? Sí, que me parta un rayo, si yo estoy mintiendo. 

Sabrá entender, nosotros venimos de otro lado. Los charcos hacen más ruidos, las calles tiene faroles como los que tiene usted en el dibujito. Y, a la noche, sabe... todavía hay luz. Una cosa inexplicable. Quizás sea porque no va  a existir nunca mejor literatura que esa que se cuenta con los amigos, entre un plato de fideos con salsa traída de casas ajenas. Quizás sea porque, por las tardes, uno extraña a los amigos también. A uno le pesa las distancias, igual que a todos viejo. Quizás sea porque familia es todo aquello que te hace sentir cómodo. O en casa. 

Familia es nuestro mundo Don, sólo que todavía no nos reconocimos como hermanos. 

¡Hasta la próxima Don Buena Fortuna! Vaya a leer a usted que le divierte tanto las tildes.

viernes, 18 de febrero de 2011

Un día volvió,

Don Buena Fortuna, 

¿Qué de cierto hay que cuando llueve extrañas a Buenos Aires? ¿Qué de cierto hay que, cuando sale el sol, extrañas Córdoba? ¿Qué de cierto hay que te fijas muchísimos en las tildes? ¿Qué de cierto hay que, cuando lees, a veces te dan ganas de llorar? ¿Qué de cierto hay que a veces te da miedo quedarte solo? ¿Qué de cierto hay que, cuando meditas, te cuesta concentrarte? ¿Qué de cierto hay que, cuando ponés Sui Generis, te dan ganas de volver el tiempo al 1200 y vivir como un soldado medieval? ¿Qué de cierto hay con eso de que no tenés ni idea de lo que haces, la mayoría del tiempo?

Don buena fortuna, usted sabe muy bien que yo lo conozco. Lo vi un día, cuando estaba en su jardincito, leyendo. Me acuerdo que tomabas mate en pava. Siempre tomaste mate en pava, no te gustaba tomar mate en termo. ¡Vos y tus ridículos arcaísmos! Deberías de actualizarte. Celulares, internet, publicidad y rock. Ya no sos el mismo con tatuajes, ya no sos el mismo con piercings. Ya no somos lo mismo. 

Don buena fortuna ¿Qué haces ahora? ¿De qué vivís? ¿Por qué dejaste de escribir? Don buena fortuna, el de los mil y un apodos.  El de todos los vicios. El de todos los días. El que nunca dice sí, pero no. 

Don buena fortuna, es un gusto volver a tenerte con nosotros. Ojalá esta vez, sigas con algo. Me enteré de algo que andas con nuevas locaciones y que, a su vez, tenés pensado arrancar una nueva carrera. ¡Siempre me hiciste reír con eso de que no te gustaba nada de lo nuevo y adorabas lo viejo! 

Don buena fortuna, descubrí algo el otro día, cuando volvía de trabajar. Algo que hizo darme cuenta de un montón de cosas. Creo que ya lo dijeron los Beatles, muchísimo tiempo antes que los Griegos. Creo que Lennon, dijo algo muy divertido: All you need is love. 

Don buena fortuna, el otro día vi la cara de la necesidad: ¡La gente necesita más amor! ¡Don buena fortuna, óigame! Don... escúcheme con muchísima claridad: ¡Da amor a todos lo que lo necesiten! Ya no somos animales. ¿Me escuchó? Ya no quiero más señoras que se enojan por las noches. Es la falta de amor, la causa de todas las miserias: DESDE HOY, hay que combatir el egoísmo. Da, siempre da. 

Don buena fortuna, 

¿Qué de cierto hay que volvió?

Don buena fortuna, 


¡Y buena fortuna para todos!